lunes, 11 de febrero de 2019

UN CAFE Y A RODAR. Por Jorge Villaseñor "Keiko"

Hoy desperté y lo primero que hice fue asomarme a la ventana y ver las condiciones del clima… excelente fresco y soleado un buen día para terminar mi café y salir a rodar, compartí una buena rodada con gente muy agradable algunos con experiencia y otros haciendo sus primeros kilometros en un camino lleno de curvas deslaves y paisajes increíbles. Una vez encaminado y encerrado en mi casco con mis ángeles y demonios comencé a recordar mis inicios, en gran parte pensando en lo que compartimos la semana pasada. Mi generación data de los 80s y 90s, nos formamos conduciendo motocicletas de medianas cilindradas que llegaban al país de contrabando o desecho del vecino del norte; aún no llegaban a México las grandes agencias pero en muchos ya brillaba esa pasión por las inclemencias del rodar en moto. Nos movía esa necesidad de sentirnos rebeldes, libres, llenos de energía y ávidos de conocer nuevos lugares.
Reunidos en algún taller de motos un jueves por la noche, varios chavalos muy entusiasmados por ponerle un nombre a nuestro club sin redes sociales... aún que nos dijeran si ya existía otro… con muchos planes para la siguiente rodada nos sentíamos amos y señores de la carretera... ya buscábamos conocer más sobre las señales universales del motociclista, ya estábamos formando nuestra gran hermandad biker con pequeños inicios pero ya muy grandes sueños…

¿Cuántos de ustedes pasaron por ahí?, estoy lleno de anécdotas que quiero compartirles jajaja como alguien comentó en el desayuno, las keiko aventuras... pero bueno, ya tendremos oportunidad de tomarnos otro café para platicar con ustedes… ¡vámonos a rodar!...

Jorge Villaseñor "Keiko"
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1 comentario:

  1. Pase por lo mismo en los mismos tiempos pero acá en Monterrey. Mi hermano.buenas anécdotas grandes sueños buenas rodadas.pero sobre todo un gran inicio pese a los obstáculos de esos tiempos.

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